Wednesday, May 24, 2006

Historia de Grecia Antigua: Grecia Clásica

En 510 A.C. un hombre llamado Clístenes, aristócrata (rico, de gran alcance) en Atenas, inventó otro nuevo tipo de gobierno, la democracia. Clístenes, como otros aristócratas, deseó conseguir más energía. Pero los tiranos se habían vuelto impopulares en Atenas. Clístenes decidió dar aún más energía a la gente pobre y organizó una nueva manera de tomar decisiones políticas. Cada hombre ateniense tendría un voto, y todos podrían reunirse y votar acerca de qué hacer.

Pero no todos los hombres podrían reunirse diariamente; muchos tenían que trabajar. Entonces, hubo también un consejo más pequeño de 500 hombres, que fueron elegidos por sorteo, cambiando cada año. ¿Parecía que Clístenes y los otros aristócratas estarían fuera del poder? Pero él arregló la votación de modo que su familia, los Alcmeónidas, tuviera más votos que cualquier persona.

En 490 a.C. los persas atacaron Atenas lo que trajo pánico a sus habitantes porque los persas eran grandes combatientes. Algunas personas pensaron que Atenas debería volver a su antiguo sistema del gobierno, la oligarquía, en caso de que la democracia no fuese eficiente para hacer frente a los invasores, pues pensaban que tomaría demasiado tiempo tomar decisiones en una democracia. Pero no modificaron su gobierno.

Todos los hombres en Atenas marcharon a Maratón a detener a los persas. Pensaron que perderían. Pero los atenienses, al combatir de la nueva manera, con una muralla de escudos, ganaron.

En 480 a.C. los persas, con su rey Xerxes atacaron otra vez. Esta vez la mayor parte de las ciudades en Grecia se congregaron y formaron una liga para enfrentar a los persas. Perdieron su primera batalla, en las Termópilas, pero ganaron después de ésa, en los Salamea y otra vez en Platea. Los persas fueron otra vez derrotados.

Los atenienses convencieron a las otras ciudades griegas que necesitaban mantener la marina de guerra griega unida y fuerte en Atenas en caso de que se volvieran los persas otra vez. Todos pensaron que esto era una buena idea, excepto Esparta, que rechazó la situación. Así, los atenienses propusieron a las otras ciudades, “al ser incómodo el envío de las naves y de los hombres para la marina de guerra era preferible que las ciudades

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