Thursday, May 25, 2006

Mesopotamia


Mientras en Centroeuropa los seres humanos iban de un lado a otro como cazadores y recolectores, los sumerios crearon la primera gran cultura de la humanidad en Mesopotamia, el país entre el Éufrates y el Tigris. Habían inventado ya la rueda y el primer arado, tirado por burros o por bueyes. Construyeron ciudades donde vivían hasta 50.000 personas, diques para protegerlas de las inundaciones y canales para regar sus campos. En unas Comunidades de tamaño tan considerable, aquellos trabajos, al igual que la producción y distribución de bienes, requerían planificación y organización. Por tanto, los sumerios buscaron cómo retener las cosas importantes en algún lugar que no fuera la simple memoria. Al principio utilizaron pequeñas imágenes que representaban, por ejemplo, a un hombre, a una mujer, una vaca, una cesta de frutas o un saco de grano. De aquellas figuras derivó con el tiempo un sistema de signos que les permitió dejar constancia de sucesos e informes. Imprimían los signos presionando con bastoncillos en forma de cuña sobre tabletas de arcilla blanda que luego cocían para fijar lo escrito. A partir de ese momento, la comunicación oral dejó de ser el único medio de transmitir el saber a los contemporáneos y a la posteridad.

Con el invento de la rueda y de la llamada «escritura cuneiforme», los sumerios dieron dos grandes pasos en la historia de la humanidad. Pero también fueron pioneros en otros campos. Inventaron, por ejemplo un sistema métrico con unidades de 12 o 60 componentes. Nuestra división del tiempo en 60 segundos por minuto y 60 minutos por hora se remonta a aquel sistema y todavía hoy, una docena consta de doce elementos.
Las ciudades de los sumerios estaban constituidas y organizadas como pequeños Estados. Al frente de ellas se hallaba el soberano de la ciudad, que derivaba su derecho a gobernar de su proximidad con los seres divinos. De los sumerios sabemos también que tenían una religión, y que era una religión con muchos dioses.

El soberano de la ciudad dictaba leyes que regulaban la convivencia entre la gente y fijaba la cuantía de los tributos que todos debían aportar. Aquellos tributos servían para mantener al clero y la administración, organizar una defensa militar, garantizar el suministro de agua y llenar los almacenes con provisiones para épocas de escasez. Hoy diríamos que los sumerios pagaban impuestos. Hay aún algo más que nos parece muy moderno en los sumerios: sus ciudades peleaban a menudo; la causa de aquellos conflictos era la propiedad, sobre todo la posesión de tierras, y el poder. Muchas de esas peleas derivaban en guerras, y más de una guerra se entabló en nombre de los dioses respectivos.
La época de esplendor de los sumerios duró unos 1.500 años. Hacia el 2000 antes de Cristo, su cultura se había difundido por zonas extensas de Oriente Próximo. No es posible decir con certeza por qué desaparecieron de la historia poco después. De todos modos, sus inventos y su cultura les sobrevivieron.
Manfred Mai, BREVE HISTORIA DEL MUNDO PARA JÓVENES LECTORES. Editorial Océano, España 2004

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